Dos dominicanos están en New York pintando un gran edificio, uno de ellos era un campesino, recién llegado a los Estados Unidos, y estaba haciendo de ayudante a su compadre en las labores de pintor.
Cuando estaban los dos subidos en el último piso, se les terminó la pintura y el encargado le dice al ayudante:
-Mi compadre, se acabó la pintura, pero allá abajo queda más, hágame el favor, baje y traígame una cubeta color Mamey
-No se preocupe mi compadrito, ahorita mimo se la tráigo!, contesta el ayudante
Como era un edificio altísimo, pués tenia 150 plantas, al ayudante , en lo que bajaba a buscar la pintura, se le ha olvidado el color; entonces, cuando está en la primera planta, comienza a vocear a su compadre:
-Compadreeeeee, que coloi es que quiereeeeeee?
El compadre sigue pintando y no escucha nada de nada, y vuelve el ayudante a vocear:
-Mi compadreeeeee, que coloi es que quiereeeeeeeeeee?
En ese instante, pasa por el lado del ayudante, una dama muy elegante, con un perrito amarrado a un lazo y con unos Binoculares en el cuello, la dama se pone los binoculares y mira al encargado pintando el edificio y exclama:
-Oh, pero están pintando el edificio, mira que lindo está quedando!!
Entonces el campesino le dice:
-Mi doñita y para que es ese aparato que uté tiene guindando en ei pecho?
Y la señora le responde:
-Esto son unos Binoculares señor, las cosas que están bién lejos, las vé cerquitica con este aparato.
-De veidá, me lo puede pretai poi un momentico?, dice el campesino
-Con mucho gusto, tenga, dice la señora
Entonces, cuando el campesino se pone los binoculares y mira hacia dónde se encuentra su compañero pintando, lo vé tan cerquita que le dice en voz bién bajita, casi susurrando:
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